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Una tarde de otoño cualquiera el poeta se funde completamente con el medio natural y escucha la conversación de dos hojas secas cualesquiera que se encuentran al borde del camino en la que una le cuenta a la otra como ha llegado hasta allí arrastrada por el torbellino de aire, mientras que la otra ha llegado a lomos de las aguas del río y sólo un último vendaval ha sido capaz de levantarla y de traerla donde se encuentra. Reflexionan las dos hojas sobre su nacimiento y los momentos más agradables de su vida cuando se mecían al viento entre sus hermanas en el árbol que las daba cobijo y como llegado el otoño cayeron al suelo y ya fueron títeres de los elementosUna corta reflexión sobre lo efímero de la existencia. Quizás la única conclusión posible sea: "Carpe Diem".



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